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A río revuelto…



Lo que hace una semana supimos sobre las razones que propiciaron el cierre del portal de descargas Megaupload y la detención de sus responsables, podría no ajustarse a la estricta verdad.

Lo que sí pudimos constatar en los días siguientes, fue el borrado masivo de archivos y el bloqueo de cuentas en otros servidores de descargas, como Fileserve y otros; la acción del FBI inició un efecto dominó que todavía no ha parado. Pero si el cierre de Megaupload se ampara en una orden judicial dictada contra Kim Dotcom por delitos de blanqueo de dinero, evasión de capitales, copia ilegítima de contenidos con copyright, etc., las acciones de los responsables de estos otros servidores no están justificadas por otra cosa que el miedo a ser los siguientes; si el cierre de Megaupload por el FBI no ha tenido en cuenta los derechos legales de propietarios de todo el mundo sobre sus archivos almacenados en ese servidor, los responsables de estos otros portales han actuado con una total desvergüenza, impunidad y falta de escrúpulos, ya que además de obviar también esos derechos, se han apropiado del dinero de las suscripciones pagadas por sus clientes para que les guardaran sus ficheros. O sea que, a río revuelto…
Quizás el gobierno norteamericano pensó en esa frase que dice que “cuando el barco se hunde, las ratas son las primeras en abandonarlo”. Así que decidieron disparar sobre la línea de flotación del barco (Megaupload).

Pero ”la verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”, reflexión de Sir Francis Bacon que no ha tardado en hacerse evidente.
Pese al gobierno que aplaudió esa acción, al juez que firmó la orden y a los agentes federales que pusieron en marcha toda la operación que ha convulsionado Internet de una forma que no se recuerda en toda su historia, la Verdad es hoy más que evidente. Y las auténticas razones del cierre de Megaupload, no estarían fundamentadas en las esgrimidas —solo una cortina de humo—, sino en otras que todo el mundo sospechaba y que Javier de la Cueva, abogado especialista en Derechos de Autor, señala en el diario El País que esta acción de la que todos hablamos, no es lo que nos han dicho “sino que es el resultado de la apisonadora de unos intereses, generalmente ilegítimos, de un sector económico que compra voluntades a través de sufragar campañas electorales o financiar partidos políticos. En la base de todo está la corrupción en la financiación de los partidos políticos a quienes les interesa la perpetuación de este sistema. El precio de esta forma legislativa mediocre y corrupta lo estamos pagando todos.”

Ahora sabemos que Megaupload estaba preparando un portal de descarga de música para que los artistas pudieran presentar directamente sus creaciones y recibir ingresos por ellas. Este portal se iba a llamar Megabox y, al parecer, contaba con Amazón entre sus socios y pretendía ser la competencia de iTunes. Megabox quería que los artistas vendieran de forma independiente sus creaciones, obteniendo el 90% de los ingresos; si ofrecían sus trabajos de manera gratuita, recibirían compensaciones a través de otro servicio que se llamaría Megakey.

Según la página web TorrentFreak, Kim Dotcom estaba punto de dar un vuelco al modelo instalado de negocio musical.
Artistas como Alicia Keys, Puff Daddy o Chris Brown y celebridades como Jamie Foxx o la tenista Serena Williams, ya se habían implicado en el proyecto.
El propio Dotcom, ahora encarcelado, manifestó que las discográficas buscaban represalias por esta iniciativa, con la que iban a ver cómo se esfumaban la mayor parte de sus beneficios.

En el artículo publicado en Torrentfreak, Dotcom se presenta como un empresario con ideas revolucionarias asediado por la discográfica Universal. “Deben entender que en algunos sellos discográficos mandan dinosaurios arrogantes y anticuados que han estado en este negocio durante 1.000 años. Esos tipos piensan que un iPad es un tratamiento facial, que Internet es el demonio y que los teléfonos fijos aun son modernos. Están en una fase de rechazo sobre las nuevas realidades y las nuevas oportunidades”, dice. (El País)

Internet está viviendo tiempos muy interesantes; cómo va salir de ellos, es un auténtico enigma por el momento. Lo que parece quedar claro, es que muchos gobiernos —legítimos, eso sí— están atrapados en las garras de quienes desde la sombra, son los verdaderos gobernantes. Lo conocido ya sobre el asunto Megaupload, nos digan lo que nos digan, demuestra que no son los autores quienes realmente les preocupan, sino los que se enriquecen con ellos y a la vez sufragan sus campañas electorales.
¿Cuánto vale una entrevista gratis en la FOX, por ejemplo? Pues resulta que no es gratis; el coste de la entrevista, es cerrar el servidor que permite a la gente descargar gratis —gratis de verdad— series que ya habían visto en la tele, pero que quieren conservar para volver a ver meses más tarde.

Y cuando todavía estaba escribiendo este artículo, salta la bomba: “Twitter censurará en algunos países los mensajes que violen normas o creencias”.
Eso sí, dice que deberá ser una “entidad autorizada”, la que bloquee ese contenido. ¡Toma ya!
Por ejemplo: sobre Irán alguien escribe que se están violando los derechos humanos… Pues viene la entidad autorizada esa —autorizada por el gobierno, ¿por quién si no?— y borra los mensajes.
¿Qué en Cuba o en China los tuiteros denuncian la detención de los defensores de la libertad?… ¡Al ataque la entidad autorizada!

En serio. Toca leer de nuevo “1984” —para después leer “Rebelión en la granja”—, de George Orwell. Ese sí que fue un profeta, con permiso de Nostradamus.

Y ya que empecé citando a Bacon, permítaseme citar para acabar, a Orwell, que dijo que “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.

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